Las lágrimas corrían por sus mejillas, él lloraba, pero no era ningún indicio de debilidad. Esos cristalitos de corazón eran de pura valentía. Había recibido múltiples golpes y aún así andaba cara a cara con esta vida injusta. Durante años su rostro reflejaba sufrimiento. Él andaba en guerra con la vida, cavándose su propia tumba, cada día un infierno, alejándose de la luz y acercándose con gigantescos pasos a la oscuridad. Odiaba estar vivo, pero era consciente de que un suicidio no era la solución a sus problemas, él no había nacido cobarde. Decidió que el tiempo curaría sus heridas, las manchas oscuras en su corazón desapareciesen. Hizo un pacto consigo mismo, cada vez que su mente le asustara, sabía que podría desahogarse con sus cristalitos de corazón. Lágrimas corriendo por sus mejillas, un desahogo mental, una liberación. Era prisionero de su pobre ser interior, hasta que un día escapó de su falsa dependencia, el dolor. El tiempo corre. Tränen strömten...
Ésta es la historia de una muchacha ilusionada. Se desvive por el Amor y la Vida, está en constante lucha de no perderse en la desesperación del tiempo y escribe poesía y sus historias!!!