Y la vida siempre sigue adelante. Sobrevivimos a cualquier golpe por muy lastimoso y torturador que sea, el tiempo cura todas las heridas y somos nosotros quienes nos encargamos para que cicatricen a su ritmo. El tiempo pasa y el dolor disminuye, hasta que un día lo enfrentas con normalidad y desvanece por completo esa sensación desesperante. Conlleva paciencia y resignación. ¡No te escondas tras la soledad! ¡No sufras en silencio! ¡No provoques un aislamiento! Recuerda que todo sufrimiento es pasajero y toda angustia transitoria, una cuestión temporal. Un hombre sabio dijo que lo que no te mata, te hace más fuerte. Y que verdad es, estamos capacitados para eso y mucho más, es ley de vida permanecer y continuar. Así que ten coraje para encarar tus problemas, no permitas que muera tu fe, tu voluntad, afronta tus miedos, resiste ante las adversidades. ¡Aléjate de toda calamidad y desventura, ...
Ésta es la historia de una muchacha ilusionada. Se desvive por el Amor y la Vida, está en constante lucha de no perderse en la desesperación del tiempo y escribe poesía y sus historias!!!