Hoy quiero caminar descalzo aunque la distancia es la misma. Si decido correr, pudiera llegar antes; o pudiera, quizás, agotar mis fuerzas y no llegar. Prefiero seguir a pie y despacio y haciendo el camino a golpe de pisadas cargadas de melancolía y nostalgia. Camino que solo usaré yo, y nadie podrá seguir mis huellas, y no porque yo quiera; simplemente no podrán. Pesan sobre mi espalda inmundos pecados fundidos en plomo, tengo los bolsillos llenos de arena, y la ropa rasgada y salpicada del vinagre que emane de las heridas en mi alma. Ando y ando, y solo veo un campo infinito invadido de Damasquinas, y sigo el camino que me marcan los escasos pero imponentes Escaramujos a los que las Damasquinas les dejan su lugar para mostrarme el sendero. Cuando creía que llevaba la ruta correcta hacia el infierno, súbitamente aparece ella. Lleva en la cabeza una corona de Acacia Dealbata, viste largas ropas blancas y tiene rostro angelical. Sobre su pecho reposa un Asfódelo amarillo...
Ésta es la historia de una muchacha ilusionada. Se desvive por el Amor y la Vida, está en constante lucha de no perderse en la desesperación del tiempo y escribe poesía y sus historias!!!